sábado, 15 de noviembre de 2008

¿Por qué desfilas, pueblo?


"Escribiré un artículo, especie de entrevista con Rubén Olivares, el boxeador por muchos años ídolo de la afición. En una reunión del Club Primera Plana, a la que fue invitado junto con el también ex pugilista Ultiminio Ramos, platiqué con Olivares de muchos temas que servirán para el artículo: algunos recuerdos de sus combates, juicios sobre boxeadores a los que él admiró antes de comenzar su carrera, críticas a la comercialización excesiva del boxeo actual, etcétera.
Pero en la plática recordamos la ocasión en la que Gabriel, mi hermano, lo invitó a acompañarlo en un recital sobre el cuadrilátero de la Arena Coliseo, esa pequeña catedral del boxeo hoy cerrada. Previamente, Gabriel lo hizo ensayar algunas de las poesías incluidas en el recital. Fue un éxito. Olivares en alguna ocasión, en una entrevista, recordó a Gabriel, a quien llamó su maestro de actuación y de literatura.
Pues resulta que en la sesión de preguntas y respuestas, habitual en las reuniones del Club, yo le pedí a Olivares que dijera algo sobre su experiencia en aquella función de la Coliseo y él entonces recordó a su maestro y no sólo eso, sino que dijo, con buena entonación y justeza, un trozo de este poema, de Gabriel."

Salvador del Río

Periodista y hermano de Gabriel del Río



¿Por qué desfilas, pueblo?
Gabriel del Río
¿Por qué permites pueblo,
Que te exhiban así
el veinte de noviembre
como mono de circo?

¿Por qué dejas que muestren
tu cuerpo desnutrido
tus desnudeces flácidas
y tus jóvenes ojos
de obsidiana marcada
con rencor infinito?

¿Por qué aceptas que digan
que eres feliz y fuerte,
pujante deportista
si basta con mirarte
y observar tu barriga
para saber que comes
sólo chile y tortillas?

¿Por qué desfilas, pueblo,
el veinte de noviembre,
si los usufructuarios
de la revolución
están en sus palacios
y lucen en sus manos
anillos de brillantes
y tienen en sus mesas
los mejores manjares?

No dejes que te saquen
el veinte de noviembre
por las calles soleadas
a exhibir tu estatura
de pigmeo desnutrido
para que el mundo crea,
a través de la prensa,
que eres fruto magnífico
de un proceso social
y no burla de pillos.

El veinte de noviembre
exhibes tus piruetas
como mono de circo
y el veintiuno regresas
a los talleres fríos
a la tierra reseca
a tu banco y tu mesa,
a ignorar tu destino.

Tú no eres deportista.
Que no lo digan.
Recuerda de tu vida
las tristes experiencias
y las ansias fallidas
en las justas olímpicas.

No dejes que te exhiban
en desfiles grotescos.
¡Levántate y exige
Que te den el sustento,
que te curen las llagas
y no te falte techo,
que no vistas harapos,
que seas un pueblo nuevo
y que empuñes como arma
la luz del alfabeto!

2 comentarios:

toño dijo...

me gusto mucho, lo lei por primera vez en la secundaria tecnica 3 de morelia michoacan

Taito dijo...

Qué gusto tu visita, Toño... esperamos verte por aquí con frecuencia... Un abrazo