*
Gabriel del Río escribió este poema muchas décadas atrás, sin pensar que en pleno siglo XXI su vigencia resultaría una dolorosa realidad.
Que no culpen al pueblo de ser el hacedor de la violencia
Gabriel del Río
No son los pobres pueblos indefensos
los que desean la guerra
porque el miedo que inspiran
no es por sus bayonetas,
ni por la negra mira
de su fusil humeante;
es por el blanco obús de la alborada
que hay en sus vidas tristes
en sus rostros y frases.
No son los pobres pueblos indefensos
los que quieren morir
en la trinchera
y si les tienen miedo
es porque los acorralan
como a fieras.
¿Por qué va a preferir
el campesino
una bala en el vientre
en lugar de la risa
--argentina y albeante--
de sus hijos?
El no quiere la lid,
ni ha pensado en matar,
ni va tras la huella
del enemigo vil,
ni encarcela poetas,
ni rompe con bota militar
las angustiadas puertas.
El no busca pelea
aunque va al desafío
cuando el fuerte lo reta
porque no es un cretino.
Que no culpen al pueblo
de ser el hacedor de la violencia;
que no crean que las rejas
van a ser el final de su conciencia.
Y cuando el hombre alcance
la hora vesperal
y sobre el gris cadáver
se disponga a llorar,
que no digan que el débil
hizo los días de sangre,
ni el incendio voraz.
* Cuadro de José Clemente Orozco