miércoles, 29 de octubre de 2008

Y de vergüenza se encendió mi cara


En su época como periodista, Gabriel del Río tuvo ocasión de conocer de cerca a campesinos encargados de la siembra del ixtle.
De ahí surgió este poema que habla en su nombre como en el de tantos otros mexicanos sin protección ni apoyo.


Y de vergüenza se encendió mi cara
Gabriel del Río

Ya estoy aquí en la vida placentera
y no puedo olvidarte compañero,
con tu sol y tu cera
y el inmenso desierto
que a tu cuerpo se pega
y te sigue hasta el pueblo,
lamiendo tu tristeza
como perro faldero
Pasé por la tribuna donde se habla
de justicia social y de progreso
y recordé tu cara
y tu roto sombrero
y tu vida sin pan
y tu huérfano cielo;
tu candelilla mustia
y tu ixtle sangriento.
Crucé por los caminos donde al hombre
le ha nacido pelambre de borrego
y a las urnas lo llevan en caminones
a votar, insensible, sordo y ciego…
Pasé por los poblados donde el yanki
con migajas de pan abyecto
conquistó al minero…
Pasé por la tribuna donde se habla
de justicia social y de progreso
y recordé tu casa
y tu huérfano cielo
y tu vida sin mancha
y tu inútil lucero;
tu candelilla mustia
y tu ixtle sangriento
y el agua sucia y turbia
que bebes por calmarte
la sed del cuerpo enfermo
y la muerte de tu hijo
en medio del desierto;
las voces de los niños
y sus barrigas de hambre
y el puño que se cierra
y la fuerza que nace
y el norte, sol y cera,
queriendo liberarse.
Y de vergüenza se encendió mi cara
al soportar aquello, compañero
de mirar la tribuna donde se habla
de justicia social y de progreso.

1 comentario:

CAROLINA JIMÉNEZ dijo...

me ha gustado muchisimo "y de verguenza se lleno mi cara" y en si, considero excelente la poesia de tu padre,en verdad te agradezco que respondieras mi mensaje, te lo respondere a la brevedad pero por el momento te digo que tu respuesta me ha hecho muy feliz y porsupuesto cuenta conmigo para divulgar esta pagina dedicada a tu papá. felicidades! CAROLINA JIMENEZ