miércoles, 25 de abril de 2012

INDECISIÓN




A lo largo de la vida, a veces es difícil encontrar el camino adecuado, el que nos corresponde. Este sentimiento de vacío ante un futuro que siempre parece incierto es lo que Gabriel del Río quiso retratar a través de su poema Indecisión.

Indecisión

Gabriel del Río

Madre, estoy cansado;
me duelen los pies
de andar los caminos
del mundo al revés
y no saber nunca
cuál es mi deber.

La selva de asfalto
me complace ver
cuando está desierta
antes de las seis;
pero al mediodía
surgen, al través
de los chapopotes,
la sal y la hiel
de la lucha sorda
entre el mal y el bien.

En casa me esperan
hijos y mujer
y debo llevarles
pan para comer,
mientras muchos hombres
no saben qué hacer
y muchas pupilas
ya no pueden ver.

Los pobres esperan
--cansados los pies--
la vieja promesa,
no escrita en papel,
de hermandad humana
que ha de florecer
y darle cobijos
a su desnudez.

Mientras, el dichoso
canta su embriaguez
y al ocio se entrega
el rico doncel
y las carcajadas
del gordo burgués
se nutren a diario
con la palidez,
con el purgatorio
del pueblo sin fe.

Así son las cosas,
yo no sé por qué
niños que alcanzaron
invernal vejez
y gente de vida
como un cascabel.
Dime, madre, dime:
¿por qué así es?
¿quién hará justicia?
¿ni el hombre ni ÉL?

Por eso es que a diario
me duelen los pies
y salgo a la calle
y no sé qué hacer,
si volverme a casa
o apagar la sed
de mi rebeldía
sobre algún corcel
que me lleve al monte
a ser o no ser
y a forjar las luces
del amanecer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por susbir este poema y el dolor de la urbe, no sé si sea porque los pedí hace algún rato o por casualidad pero muchas gracias.

Taito dijo...

Fue por tu petición, querido Anónimo... aquí estamos para atender a los lectores, y luego, luego nos pusimos a transcribirlos... Espero que los disfrutes... Un abrazo